lunes, enero 28, 2008

LA INTELECTUALIDAD LATINOAMERICANA estaría dando un giro neoconservador.

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Ayer concluyó el Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo en la UNAM en Ciudad de México, donde una ácida mirada del académico y teórico en literatura latinoamericana y estudios culturales de la Universidad de Pittsburgh John Beverley, norteamericano, a los procesos culturales latinoamericanos, concentró la atención de las miradas en el encuentro. Este planteo que mientras en América Latina son cada vez más los gobiernos de centro-izquierda que toman el poder e influyen en la vida de la mayor parte de la población del subcontinente, la intelectualidad artística y literaria de la región parece experimentar un “giro neoconservador” que, en defensa de un “valor estético”, la ha alejado de los movimientos y la cultura populares.

Aclara que no se trata de un giro conservador, de un tradicionalismo oligárquico o católico sino neo, cuyas características incluyen “ser antineoliberal, no creer en el dominio de las cosas por el mercado, y querer defender una jerarquía de valores, sobre todo estético-humanísticos, que ven en el canon del arte, de la literatura. Defienden, en cierto sentido, una visión no tradicional, sino moderna, científica, de la autoridad de las disciplinas y la ciencia, de la universidad”. Este giro estaría protagonizado por sectores que serían considerados de izquierda dentro de cualquier escenario político, sería similar al que aconteció en EEUU, en la década de los 70, los cuales finalmente, según éste terminaron en la Casa Blanc a con Bush.

Entre las causas que Beverley percibe en el actual giro, menciona el predominio que el neoliberalismo tuvo en América Latina, sobre todo en las décadas de los 80 y los 90. Y pese a haber un rechazo al neoliberalismo, agrega, por otro lado hubo gente de izquierda que aceptaba el modelo neoliberal, aunque ahora es cada vez más cuestionado en el mundo, porque “el mercado crea el problema de no generar otros patrones de valores o de inspiración para la población”. Y destaca un aspecto fundamental de su crítica a lo que llama neoconservadurismo. “Antes, el arte de vanguardia y los movimientos políticos de izquierda, si no eran idénticos, al menos sí tenían cierta consonancia. Ahora todavía hablan en favor de una izquierda, pero en la práctica toman posiciones que son contrarias a los nuevos gobiernos de izquierda en América Latina. “Los ven como neopopulistas, demagógicos, en lugar de desarrollar una relación dialéctica y dinámica, como hicieron los intelectuales después de la Revolución Mexicana. Ahora no, y dicen: vamos a mantenernos al margen de Hugo Chávez, de Evo Morales, de Lula.”

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